Y también un café


No sé si es que me gusta el café o si solo lo uso como excusa para reencuentros, zona de confort, zona de despierte, fotos bonitas y postureo o, simplemente, por rutina. Pero es uno de los mejores momentos del día, y sobre todo, si ese momento dura horas.

Últimamente, alrededor de un (mal, fresquito, calentito, ardiendo modo lengua dragónida;) , con hielo, sin él, delicioso, precioso u horrorosa creación de la naturaleza detrás de la barra) café es cuando empiezo mi día, reestructuro mis pensamientos y saboreo vivencias que me llegan a la cabeza. Alrededor de cafés, últimamente estoy conociendo a especialistas y profesionales de mi campo con charlas que jamás hubiera pensado, compartiendo palabras con personas que he admirado por años en papel y que se hacen de carne y hueso frente a una taza. Con un café por delante, he llorado y, sobre todo, reído mucho en los últimos días. He abrazo y besado, escrito, tecleado, wasapeado, puesto lavadoras, leído, cantado y balbuceado cosas mías que ni yo entiendo, como siempre.

A las 9 de la mañana, o a las 18 de la tarde; a las 3pm o a las 1pm…

Como escuchar una y otra vez tu última canción en bucle (la última de Beret, aquí una culpable), la toma del café se me hace tan impulsiva como gratificante. No puedo parar, aunque a veces me quite el sueño o se me repita un poco. Da igual que tu café sea de soja, un vaso de agua o un té verde: un café es todo lo que tú quieras que sea; un café no es celoso.

El próximo buche de mi café de mañana lo dedicaré a pensamientos positivos de mi futuro inmediato, ya que a veces la incertidumbre me ciega y no me deja ni disfrutar de lo calentito de mi último Soya Latte. Sé que los Mr Wonderful y más historias suelen causar dolores de barrigas a muchos, a mí a veces también. Pero la realidad es que vida solo hay una, sí, pero hay miles de momentos que solo están en ti.

Por eso, te deseo lo mismo que me intento repetir -a veces, con escasos resultados- cada día para que no se me olvide, porque cuesta: dedícate la vida más veces que cuandos… y también un café.

 

 

 

 

Son las 12.


 

Exacto, la última vez que escribí fue en 2016. Tampoco ha pasado mucho desde aquel entonces, básicamente estoy igual, pero ahora con una hora menos y en una biblioteca, no sé si con glamour londinense, pero sí con estuche-mochila-chaqueta de Harry Potter dándolo todo mientras me debato en la dicotomía del «qué c*ñ* hago aquí» y «vas a petarlo al máximo en estos tres meses de estancia soñada».

La cosa es que si eres de los que me leías cuando aún estaba en los 20 y no me había visto canas, sabrás que normalmente solo los domingos por la tarde eran óptimos para escribir dramas varios, y hoy no es domingo. Así que, tranquil@, solo me ha entrado nostalgia y he decidido publicar esta entrada para anunciar que, a lo mejor, si alguien me lee, retomaré estos días estos otros cuentos que dejé en barbecho y que aún siguen deambulando en mi cabeza. Será porque en mi propio blog solo me tengo que citar a mí y no hay bibliografía que consultar, ni guía de estilo que seguir ni revisión posterior que corregir. Aunque más bien será porque no tengo diario y hablar conmigo misma diariamente más de 15 horas al día me está llevando a mis orígenes… de locura.

En fin, os dejo con mi primer decálogo de cosas que me pasan últimamente:

  1. Las ardillas ya no me sorprenden: vista una ardilla (o dos, o tres o cuarenta), vistas todas.
  2. Las bandadas de cuervos… (aplicar casuística número 1).
  3. Mis conversaciones más fructíferas de la biblioteca a casa se basan en pedir disculpas por la de veces que casi me choco con alguien… ¿por qué, señooo?
  4. Digo más «sorry» que respiro (aplíquese a la casuística número 3, entre otras).
  5. He tardado casi tres semanas en más o menos poder pagar con el dinero justo sin parecer una anciana de 200 años mirando el monedero.
  6. He aprendido a vivir con la incertidumbre de: «Dios, qué buen día, seguro que llueve».
  7. Estoy empezando a comprender que casi podría doblarle la edad a muchos de los que me rodean, y yo ni lo noto.
  8. Leer en un parque no es tan idílico como parece, y menos si eres la única del parque que se pone a la sombra.
  9. El Primark ya no me motiva… Señooo, sácame de esta pesadilla…
  10. Y último, pero no menos importante: no entiendo como hubiera sobrevivido a esta aventura sin Broncano, Skype y Netflix. La milenial de mi alma no lo concibe.

Me vuelvo a lo que he venido a hacer aquí, avanzar en la vida. Y no a escribir esto que no va a ningún… Sorry, me voy a leer a un parque, mientras las ardillas me rodean y escucho a los cuervos que casi se llevan mi Soya Latte de 2.10 pounds pagado con trescientas monedas de todos los cambios después de verme otra cana y ponerme la chaqueta de Harry Potter rodeada de gente en tirantas. En fin, podría seguir, pero me imagino que tendrás mejores cosas que hacer.

Hasta otra rallada 😉

Series+beauty=hello, siesta!


Con este calor tan halagüeño (…), mi perro dando vueltas y 28 velas a soplar a la vuelta de la esquina, lo único que me dan ganas es de unir mis vicios constantes de los últimos tiempos: series en inglés y el -no siempre tan superficial como parece- beauty world. Prometo que iré despertando a mis musas y desglosando mis dedos para ir escribiendo un poquito más de todo y nada en estos meses, pero, de momento, ahí van recomendaciones… por si queréis acordaros de mí cuando esteis aburridos de tanta siesta… 😉

^^TOP 5 DE SERIES BELENIANAS PARA DESPEJARSE EN VERANO ^^

(y dejar de pensar un rato)

FARGO

SWITCHED AT BIRTH (CAMBIADAS AL NACER)

MISTRESSES (INFIELES)

THE FOSTERS (FAMILIA DE ACOGIDA)

MY MAD FAT DIARY

Y EXTRA EXTRA!! Mis canales de YouTube preferidos para agudizar el oído y aprender cositas bonitas… jiji

FAVORITOS INDISCUTIBLES!!!

FROM HEAD TO TOE

ESSIE BUTTON

ANGLOPHENIA

(no es un beauty channel, pero es genial…)

OTROS BEAUTY CHANNELS QUE ME MOLAN 🙂

THE LINE UP

LANA

ELLKO

KathleenLights

Y hasta aquí puedes leer… ¿Alguna recomendación? ¿Algo que odiar y/o amar de lo anteriormente expuesto? Pasen, vean y comenten, ¡vámonos!

De esa loca bajita…


Escuchando a Serrat, con tres minutos para comer y una ducha reconfortante por delante, te quería dedicar estos efímeros-que no tristes- versos este mediodía- que no noche. Porque las noches son para las pizzas de los viernes y los Modern Family repetidos, las broncas de guardar y las risas infinitas. Porque las lágrimas que me asaltan al escuchar «Esos locos bajitos» de repente en Spotify me recuerdan a nuestras conversaciones entre Ismaeles y Silvios Rodríguez. Porque los lapiceros hechos con rollos de papel del váter, aunque fuesen forrados, parecen ya cosa de otro cuento. Porque aunque ya no tengas diálogos en nuestros cuentos, estás en cada uno de los pensamientos de sus páginas. Porque sigo siendo esa loca bajita que, sabiondilla y respondona, siempre se creía saberlo todo.

Siento que me abrazas y no necesito más. Gracias por seguir haciéndome tan feliz, papá.

 

Ciega a citas o cómo enamorarse de una serie española


¿Qué son 140 capítulos de más de 50 minutos cada uno si te traen chispitas de felicidad cada día? Ayer a las 2 y pico de la madrugada obtuve la respuesta: son carcajadas de alegría a mis ojitos con los que he despedido este nuevo año dejándome con el recurrente y tan conocido «¿y ahora qué veo yo, eh?» en respuesta…

Hace unos meses, ya escribía que iba por el 30 y que no podía ni creerme cuántos capítulos me quedaban, pero ya por entonces estaba enganchada y no había vuelta atrás: pillada a esa sonrisa de Lucía, a sus andanzas y a sus citas absurdas, inocentes y locas…  Y es que Ciega a citas ha sido una de las revelaciones serísticas del año que acabamos de despedir. La descubrí en verano haciendo zapping y me prometí a mí misma que tenía que darle una oportunidad y no me he arrepentido en absoluto. No voy a decir que me gustó porque es una especie de Bridget made in Spain o porque es de argumento fácil, sin más trascendencia que pasar un buen rato con la mayoría de las tramas y caer rendida a los pies de la trama principal… Tampoco que es el remake de la serie argentina con el mismo nombre o que la web de Cuatro es un spoiler constante 🙂

Lo que os voy a citar brevemente son respuestas a las preguntas que podáis tener:

…¿Si os la recomiendo? Muy sencillo: si veis el primer capítulo y os entra ese gusanillo sincero, adelante. Os atrapará y no os arrepentiréis.

…¿Qué me ha gustado más? La actuación de sus personajes principales: me encanta Lucía, me creo a Lucía, confío en Lucía y Teresa Hurtado de Ory lo hace genial: esos ojitos claros riéndose ante cualquier patosería hacen que la serie tengo sentido-y que yo la haya visto.

…¿Es de amor? Esencialmente y básicamente, sí. Desde el principio intuyes el final, como en la gran mayoría de las series del género: lo molón aquí es ir descubriendo con cada capítulo cómo se hará e ir viendo avanzar y evolucionar a los personajes.

…¿Con qué me quedo? Con todo. Con el final, que aunque me ha sabido a poco, me ha encantado; con el principio, porque gracias a él, hoy escribo esto; con los capítulos lentos, que me han ayudado a valorar más los capítulos emocionantes y más cañeros… Y, sobre todo, me quedo con Lucía, Sergio, Miguelón, Natalia, Irene, Rodrigo, Raúl, Kris, Simón, Zabaleta, Ángel, Pepe, Morcillo, Lolo y hasta con Carlos Rangel, Maruchi o Piluca. Es increíble como una serie diaria ha podido tenerme en vilo tanto tiempo, ha podido hacer que me haya tragado unas 138 veces -la impaciencia me ha podido alguna vez- la canción de la cabecera (ni qué decir tiene que me la estoy escuchando ahora en bucle para inspirarme…) y que haya invadido mi banda sonora vital.

En definitiva, tenía mil cosas que decir sobre esta serie que me ha hecho apartar por unos meses mis otras aficiones serísticas y que me ha hecho creer de nuevo en la ilusión de que siempre habrá historias por descubrir y vidas con las que sentirse identificada, pero bastará por ahora con esto. Porque un trocito de mí seguirá siendo esa Lucía valiente y sonriente, que se ríe de sí misma y que aprende de sus errores, que es preciosa tal y como es (porque en realidad sí que lo es) y que está guapa hasta con ese pijama de vaquita (que yo tb tengo, por cierto…)

Gracias a todo el reparto por formar parte de mi vida de sofá con mantita y tranquilidad merecida.

¡Y con esto y un bizcocho, a ser muy felices en este nuevo año!

http://www.dailymotion.com/video/x1g15ni_ciega-a-citas-1at-cabecera_shortfilms

¡Bye bye invernales series!


Revisando viejos post serísticos y echándome unas risas… ayyy, más vieja, sí, pero no tan diferente 😉

Otros cuentos

Las series de invierno se despidieron hace varias semanas y nuestros corazones quedaron vacíos de nuevos chascarrillos destinados a atrapar risas o lágrimas, según el género en cuestión.

Pero no hay de qué preocuparse, ya que las series de verano están llegando ya y seguro que, aunque sea en algo, conseguirán ayudarnos a sobrellevar esas horas de calor veraniego, esas de después de comer y de no querer dormir siesta.

Ya verás cómo, tras un verano de enganche, estos pequeños pasarratos estivales se convertirán en obras maestras incomprendidas que tras apenas 10 capítulos te dirán adiós, dejándote con ganas de más y con la angustia de otro verano acabado en tu cada vez menos joven vida. Con la sensación de vacío al ver que  no se trata de unos meses sino de un año entero el tiempo existente hasta poder saber el porqué de aquel último capítulo final de agosto.

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Atracón ibérico


Cada vez tengo más claro que cuando me engancho a una serie, lo hago con todas las consecuencias: consumo de tiempo-que a veces ni tengo-, sueños y pesadillas a partes iguales con sus personajes, llantos/risas/chascarrillos varios dando palmaditas huecas mientras la visiono, uso de los cojines como arma de estrujamiento masivo ante algún imprevisto en la secuencia… En fin, ya os imagináis el cuadro: costumbrista como mínimo.

La cosa es que, normalmente, esta rutina me suele pasar con series en inglés, guiones increíbles y modelitos de infarto… Por lo que comprenderás mi asombro cuando me vi a mí misma con contenido de parrilla ibérica, con chistes genuinos de Chiquito, con actores de toda la vida y con diálogos tan castizos como nunca. Que sí, que me enrollo, pero es que como escribo poco, lo hago todo de golpe 😉

En resumen, que me he pegado un atracón de tres series españolas en especial y una en particular de un tiempo a esta parte. Aquí os dejo mi vicio, el que me acompaña al planchar, al desayunar y en la sobremesa. El que me hace comentar en voz alta su argumento maldiciendo al malo de turno y amando al bello durmiente. Pero, sobre todo, es el que me ayuda a seguir creyendo que otro mundo serístico es posible, que el mercado español no está perdido, que también te puede sacar risas y lágrimas, que sigue demostrando que hay buenos actores, que hacen series decentes: vamos, con menos tetas y más chispa.

 

La que inunda mis días, aquí la tienen: la encontré un día zapeando, vi esa carita a lo Bridget española con esos preciosos ojos, vi a nuestro querido ex-Tristán con esa bonita sonrisa y esa voz a saltos y supe que, algún día, me pondría en serio y la vería de principio a fin. Ese día llegó hace unos casi 30 capítulos ya y créeme cuando te digo que cada vez que veo que me quedan más de 100 capítulos por ver, da algo de cosa, pero qué le voy a hacer. Aunque al principio pueda no parecerlo, cada capítulo invita a la reflexión y, de momento, no aburre. ¿Algún fan por aquí? NO spoilersssssss!!

 

Porque donde va Gonzalo, triunfa: o, al menos, ante mis ojos. La primera temporada me ha encantado y me pegué un atracón considerable en pocos días…  Belén Rueda no es que me apasione, pero me he hartado de reír con el personaje de Juan, los ojitos de nuestro cantante serrano me encandilaron-como de costumbre- y ver al inventor del gotelé en un papel «serio» fue la combinación perfecta para seguir creyendo que la FOX no lo es todo. ¿Para cuando la segunda temporada?!!!

 

Porque 7 vidas hizo mucho bien en las televisiones nacionales y Santi Millán me encanta, simplemente 😉

 

Lo dicho, una entrada de andar por casa de alguien que ha pasado últimamente mucho en una y que tiene que cantarle las 40 a sus musas (o musos) y ponerse a la tarea de escribir más y mejor. Pero, mientras tanto…. ¡a por otro capitulillo!!! ¿T e apuntas?

Gilipolleces


Se lavó con el champú de él, que olía mejor que el de ella-sería su pequeña travesura del día-, y pensó que debía afeitarse los sobacos inminentemente. Se rió atrevida por lo soez que sonarían sus pensamientos en alto. Gilipolleces. Se relió la toalla a la cabeza cual hipnotizadora de serpientes y siguió tarareando su canción de la semana. Volvió a torcer el morro con cualquier chorrada, como tan bien sabía hacer. Salió al salón, pensó en el algidol que debía tomarse en un par de horas y en si el resfriado común seguiría con su lucha particular por mucho tiempo. Lo miró, le dijo alguna banalidad de esas tocapelotas que tanto lo hacían rabiar y cogió el portátil. Se puso los cascos y la escuchó de nuevo; aún-solo aún- no se sabía el estribillo de memoria. Sonrió. De repente, él se estaba partiendo el culo, estaba envuelto en humo y ella supo que la tortilla quemada casaba genial con una vida maravillosa.

Porque la vida está compuesta de gilipolleces, tuyas y mía. Aunque no leas esto en la vida. Y eso que rima. Y todo 😉

Porque somos él y ella (el ser humano es aburrido, hij@), porque nunca glorificamos las pequeñas tonterías de cada día y solo protestamos cuando nos salen las cosas medio bien. Porque acabo de redescubrir esta preciosa voz y no paro de escucharla y porque me encanta dar explicaciones, porque…

Ya lo sé, porque solo son gilipolleces.

 

Sin título


 

Lo encontré por casualidad, igual que casi todo últimamente, a través de Facebook. El poder mágico de escribir, se llamaba el artículo. Y me acordé que algún día este blog también me servía para eso, para dar rienda suelta a mi magia y que cuando alguien me leyera -si caía la breva… ;)- compartiera mi sombrero de copa conmigo y se quedara a la función del día. Mi pregunta es la siguiente: ¿cuándo empieza un blog a ser parte de tu diario personal, íntimo e intransferible? ¿Cuándo sabes que lo que escribes no es solo para ti y empieza a ser de interés público? Mil y una veces he empezado a escribir una entrada en pleno momento de apogeo de un sentimiento y me he parado, he pensado (maldita sea con los pensamientos de turno, por cierto), lo he borrado y le he dado a la X del editor.

Ser autocrítica, con chispa, aguda e interesante a la vez es algo tan incomprensible a veces que duele tener que darle la razón a eso que llaman conciencia.

La cosa es que cuando me doy cuenta de que haga lo que haga nunca estaré tranquila, segura, confiada en mi misma; que cuando me doy cuenta, ha pasado ese fin de semana o ese mes, los 25 o los 19 de  junios de notas y veranos libres… Cuando me doy cuenta de que ya no soy eso nunca más y tampoco soy lo que fui el año pasado, que lo que solo vale es lo que soy hoy, me da miedo. E intento que no, pero sí. Y hablo en alto conmigo misma como siempre y no quiero salir del sofá, pero tampoco quiero quedarme; quiero salir a comprar una lechuga, pero mejor pienso en depilarme y luego creo que estoy haciendo el canelo porque debería estar con el máster pero a la misma vez me miro las uñas y pienso que me gustaría tenerlas más largas aunque si me pongo lentillas las voy a estropear pero ¿qué lentillas? si aún me las tengo que comprar y ya tengo otra vida en el Candy Crush y encima no paro de rimar… Cuando me doy cuenta de que no necesito comas en ninguna frase porque no hace falta, cuando me doy cuenta de todo esto…. en fin, la vida, al menos, es mucho más agradable.

Y la lista sigue, y mi cabeza no para y no para. Y pienso, Dios, ¿así es todo el mundo? ¿Y todo el mundo siente un agujero por dentro por tener la incertidumbre de no saber si todo lo está haciendo bien? Y después pienso que debería ponerles comillas al Dios en la anterior frase porque, obviamente, no es mi dios y suma y sigue.

Si a estas alturas estás deseándome lo peor porque te duele la cabeza de todo este rollo, bienvenid@ a mi mundo. Si estás deseándome lo mejor, bienvenid@ a mi  mundo;) Eah, ya está, mi diario de hoy, ¿algo que compartir tú en el tuyo?

 

  ******Bonus track: últimas series visionadas*******     Infieles (2013) Poster